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El plan de conservación abarca 77 mil hectáreas ricas en biodiversidad.

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​Parte de la ecorregión de yungas que florece en las sierras del sudoeste de Tucumán (muy cerca del límite con Catamarca) fue transformada en un área protegida por una ley nacional, lo que brinda el marco necesario para la creación del Parque Nacional Aconquija.

El plan de conservación abarca 77 mil hectáreas ricas en biodiversidad, donde se apuntará a asegurar la sustentabilidad de las actividades tradicionales del pedemonte y mejorar la calidad de vida de las comunidades rurales.

Además, la medida oficial tiende a favorecer la preservación de las principales cuencas hídricas de la provincia y más de dos mil especies de plantas vasculares, registradas en bosques, selvas húmedas subtropicales, pastizales de neblina y altoandinos, montes de árboles recubiertos de helechos y musgos y las estepas arbustivas de la prepuna, que crecen en las laderas occidentales de la sierra de Aconquija.

En cuanto a la fauna local, aquí conviven osos meleros con cóndores, felinos y ejemplares de pecarí, corzuela, guanaco, taruca (también conocida como venado andino) y una amplia variedad de aves.

El Proyecto Aconquija fue firmado el 23 de junio pasado en la sede de la Fundación Miguel Lillo, en San Miguel de Tucumán, antes de ser girado a tres comisiones para su tratamiento en la Cámara de Diputados.

Una vez que se concrete, el futuro Parque Nacional será una novedosa área natural protegida con selva y nieve en una misma zona de conservación.

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