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Zapatillas Xinca, confeccionadas a base de neumáticos y materiales reciclados, por personas que se encuentran en estado de vulnerabilidad social y buscando causar el menor impacto sobre el medioambiente; este calzado además de comodidad y diseño, ofrece conciencia.

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La fórmula es sencilla. Tres amigos mendocinos que un día decidieron unir sus fortalezas en la misma dirección: Dejar de ser espectadores de las problemáticas sociales y ambientales para, desde su lugar, aportar al cambio. "Creemos que es posible consumir de otra forma, buscar productos más nobles, que no demanden materias primas de la naturaleza, que no contaminen, que respeten a sus empleados y Xinca es uno de esos productos. Nuestro objetivo no es sólo vender por vender, sino que cuantas más zapatillas vendamos más neumáticos se van a poder reciclar y significa más trabajo para la gente que lo necesita", dice Alejandro.

Y sigue contando: "Nos rompió la cabeza el tema de que podíamos generar valor a través del cuidado del medioambiente y teniendo en cuenta también el contexto social ¿Además poder ganar plata y vivir de esto? Nos pareció algo buenísimo. Uno por lo general asocia el ayudar con el trabajo voluntario, sin fines de lucro, pero cuando conocimos este concepto de Empresas B nos encantó y no lo dudamos. La problemática que nos llamó la atención fue el tema de los neumáticos porque en nuestro país por año se desechan 100 mil toneladas que no se sabe qué hacer con eso y al menos a una parte nosotros le damos una solución".

En Xinca cuentan con varios reconocimientos y distinciones. Entre ellos, fueron ganadores de los Premios Mayma como el mejor emprendimiento sustentable del país, y fueron invitados a participar de la Feria a Puro Diseño que reúne cada año a 400 expositores en La Rural. Pero, sin dudas, fue su participación en el programa televisivo  El Emprendedor del Millón  lo que los ayudó a impulsar la difusión del proyecto y lograr que más personas se acerquen al producto. 

Sobre su paso por la pantalla de Telefe los domingos a la noche, Alejandro recuerda: "A los pocos meses de haber hecho la primera zapatilla, nuestro primer prototipo, nos invitaron a participar del programa. Nuestra primera reacción cuando nos dijeron que era un reality show fue decir que no, que no nos interesaba, por los prejuicios que uno tiene sobre ese tipo de programas. Después nos dimos cuenta que iba a ser algo bueno, que nos iba a servir. Ahí decidimos que tenía que ir a Buenos Aires uno de nosotros tres, y bueno terminé yendo yo (comenta entre risas). Tuve la suerte de haber ganado y eso fue un dinero importante que nos sirvió para poder invertir en nuestra empresa, y ni hablar de lo que fue la repercusión para darnos a conocer".

La frutilla del postre de este emprendimiento que enamora es enterarse de dónde proviene la palabra que da nombre a la marca. El pueblo xinca es una etnia casi extinta situada en Centroamérica, en la zona de Guatemala y El Salvador. Los habitantes de este pueblo se caracterizan por hablar el idioma xinca que en la actualidad está en desaparición, lo hablan apenas entre 100 y 250 personas. "A la hora de buscar un nombre queríamos que tuviera algún concepto, alguna historia que contar. Primero nos gustó mucho como sonaba, también nos gustaba cómo funcionaba la "X" por sí sola como para armar un logo. Lo que finalmente queremos es que cada vez más gente vuelva a hablar el idioma del reciclaje, de la sustentabilidad, el idioma del comercio justo, un idioma que se está perdiendo como el idioma xinca. Nosotros queremos revalorizar todo eso", cierra Alejandro.

Fuente: Espacio Natural

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